La tarea se trataba de escoger un espacio que poder observar y analizar, yo, como aún no sé mucho de la ciudad en la que mínimo viviré los próximos 5 años, he escogido mi habitación en la residencia Damiá Bonet.
Esta no es muy grande, tiene un baño y conecta a través de la cocina con la de mi compañera Marta.
Tiene un armario empotrado bastante grande, con baldas y cajones. Cuenta además con una cama, unas estanterías y una mesa extremadamente grande que utilizó también como estante.
¿Por qué has elegido este lugar?
Ha sido mi entorno elegido porque desde que llegué a esta ciudad se ha convertido en mi espacio seguro, a pesar de que todo a mi alrededor sea nuevo he podido capturar en ella la esencia de lo que tenía en mi casa y eso hace que la vea como un sitio de descanso de todas las nuevas experiencias y personas.
¿Qué te hace sentir a gusto?
A pesar de vivir bastante lejos cargué mis maletas con varios elementos que sabía harían que me sintiera a gusto en mi nueva “casa”. Llevé muchos libros con los que llené mis estanterías, porque, aunque sé que no los leeré todos, siento tranquilidad teniéndolos cerca y sabiendo que si quisiera podría leerlos. También decoré mi pared con algunas de mis obras de arte favoritas de pintores famosos, e incluso me traje mi pequeña colección de hot wheels formada por coches americanos de los 60 y 70.
¿Existe algún elemento molesto?
He de admitir que no soy una persona realmente ordenada, por ello tengo ropa sobre la cama o objetos varios sobre la mesa, y si bien no diría que es molesto, pues estoy acostumbrada a ello, si es cierto que en varias ocasiones he tenido problemas, como por ejemplo, tener que ir a estudiar a una sala a parte por no tener hueco encima de mi mesa.
¿Crees que te sentirías igual en otro espacio ahora mismo?
Probablemente lo más parecido sería estar en la habitación de mi casa, pero incluso eso sería completamente distinto pues ahí tendría también a mis padres en casa y aquí estoy sola. Saber que no hay nadie que vaya a entrar a pedirme que recoja mi cuarto es muy tranquilizador pero al mismo tiempo es la causa de que no esté ordenado.
¿Piensas que las condiciones de este espacio influyen sobre sus ocupantes?¿Cómo?
Varias personas han visitado mi habitación en las últimas semanas, hemos invitado a amigos de la universidad y otra gente de la residencia. Se que mi habitación les ha habrá causado alguna impresión, y teniendo en cuenta que son personas que aún no conozco muy bien imagino que se habrán formado también una opinión de mí a partir de esta. Esto no me preocupa en absoluto pues confío en a haber expresado bien mi personalidad en ella, todo lo que se puede ver son pistas de mi carácter, gustos o aficiones. Me gusta leer y por eso tengo tantos libros, entre ellos también hay de arte y tengo varias imágenes de pinturas famosas por que me interesa especialmente el tema. Mi habitación está desordenada por que soy bastante despreocupada pero la librería y el resto de espacios que más me interesan están perfectamente organizados por que soy muy selectiva con la atención que brindo a las cosas.
¿Cambiarías alguna cosa?
Si pudiera cambiar algo sería que me dejaran pegar más posters en mis paredes, pues la residencia lo prohíbe. Creo que todo es una excusa para expresar como soy, los trabajos de clase, los libros que leo, la pintura, la ropa y la estancia en la que vivo, pero siento que le falta mucho que decir sobre mí, e igual eso lo podría arreglar una imagen de una obra de Basquiat en la pared, supongo.
ATMÓSFERAS – Peter Zumthor
El texto propuesto en esta tarea es un fragmento de la charla titulada ”Atmósferas” ofrecida por Peter Zumthor en Junio de 2003. En esta conferencia Zumthor habla de la arquitectura como espacios y atmósferas y como estas influyen en la gente.
El autor expone en varios puntos lo que va conformando el ”cuerpo” del espacio que se quiere crear, su sonido, su luz, como interactúa con su ocupante, como interactúa con su exterior… Él determina que lo que llama atmósfera es esa primera impresión que un espacio da al penetrar en él, pues según su juicio, la arquitectura no es tan solo delimitar un entorno para su uso, sino que esta debe además conmover al espectador, en otras palabras la arquitectura no es mas que una obra de arte en la que nos podemos meter y por la que podemos deambular.
A lo largo del texto explica los diversos detalles que se deben sopesar y analizar para asegurarse de que el producto final se trate de una obra de arquitectura, propiamente dicho, y no de cuatro muros y un tejado. Como arquitecto se debe estudiar cada mínimo factor del entorno y de cómo este interactúa con el proyecto pero también los factores humanos y cómo estos reaccionaran en su sensibilidad al espacio creado.
Me interesa especialmente la frase citada ”La belleza está en los ojos de quien mira” pues es interesante pensar que al igual que en un cuadro, no importa cuanto de nuestro alma pongamos en un edificio, una vez este se vuelve de dominio público cada persona lo experimentará a su manera. Además esto aleja la ”belleza” en sí del objeto y nos la da a nosotros, lo que significa que todo puede ser en sí bello siempre que nos tomemos el tiempo de observarlo, entenderlo, analizarlo y mirarlo con ojos amorosos.
Durante todo el texto se respira ese amor por la arquitectura del que habla al final, lo que me anima a leer el libro completo, pues es esa pasión la que vuelve especiales las obras de un buen arquitecto, en balanza con la cantidad justa de técnica y educación.
Por último, el autor acaba con el punto titulado ”la forma bella”, diciendo que al acabar un proyecto su objetivo es que al observarlo lo encuentre bello, sin embargo teniendo en cuenta lo leído hasta entonces creo que más que bello, yo recuperaría el adjetivo que previamente uso para describir la villa Rotonda de Palladio, ”sublime” pues según Immanuel Kant, a diferencia que la belleza que podría ser tan solo lo estético o lo bonito, lo sublime tiene un carácter imponente e incluso terrorifico.
