Título original: Mon Oncle
Año: 1958
Duración: 120 minutos
País: Francia
Dirección: Jacques Tati
Guión: Jacques Tati, Jacques Lagrange, Jean L’Hôte
Reparto: Jacques Tati, Jean-Pierre Zola, Adrienne Servantie, Lucien Frégis, Betty Schneider, Jean-François Martial
Esta película es una sucesión de imágenes perfectamente cuidadas que pretenden hacer del los decorados, es decir la arquitectura, los protagonistas. A lo largo de la filmación hay una clara comparación entre las dos viviendas, siendo una ultramoderna y la otra más bien humilde, pero la diferencia de clases no las aleja a ambas de ser igualmente incómodas.
La primera muy moderna y exageradamente funcional, es demasiado autónoma y se pierde en ella la labor de las personas que la habitan de hacerla un hogar. La otra, plagada de escaleras y diversos problemas es simplemente poco funcional. Es además un ejemplo claro de la falta de esencia de hogar que tiene la primera la reiterada reprimenda que recibe el niño por ponerla en ”peligro”, subordinando las actividades de la familia al cuidado de tan preciada casa.
La casa era un mero escenario para presumir por parte de la familia, lo que se demuestra en la escena de la visita de los vecinos. Queda en claro que la casa no era un lugar agradable de habitar y a en mi opinión la lección aprendida es que las construcciones deben ser interesantes y novedosas si, pero principalmente deben cumplir su objetivo principal de vivienda siendo cómodas y disfrutables para todos los miembros de la familia.